El acoso cibernético conduce a una adolescente al suicidio

imagen del vídeo de Amanda Todd

La sociedad canadiense, nacionalidad de Amanda Todd, y la del resto del mundo, está conmocionada con la noticia de que la adolescente se quitó por fin la vida, al no poder soportar más el continuo acoso, dentro y fuera de la red, iniciado por un desconocido que consiguió de la joven tres años atrás unas fotos donde mostraba los pechos.

Se ha abierto el debate sobre el uso apropiado de internet, y las formas de prevenir y atajar el acoso cibernético (ciberbulling), pero la dramática realidad se nos pone ante los ojos con toda su crudeza. La sociedad no ha conseguido que este acoso finalizara, después de tres años investigando su procedencia.

La niña, cuando tenía 12 años, no cedió al chantaje de proporcionar a su acosador más fotos de ella desnuda y éste cumplió su amenaza de publicar las que ya tenía en internet. Desde ese momento las autoridades canadienses intentaron localizar a este sujeto, sin resultado.

Ni los cambios de ciudad y de colegio libraron a Amanda de la persecución a la que fue sometida. Pero los sucesos de vejación y humillación de la adolescente no se limitaron al mundo online, sino que se reproducían también en el mundo real, y así, las conductas de algunos de sus compañeros de colegio contribuyeron a aumentar la desesperanza de la joven.

Amanda por fin se grabó a sí misma en un vídeo que colgó en Youtube, y que aún sigue por expreso deseo de su familia para ayudar a evitar casos como este en el futuro, en el que aparece tímidamente detrás de unas trémulas cartulinas contando su historia y pidiendo ayuda para que terminara su pesadilla. Demasiado tarde, a la vista de los hechos.

Vídeo de Amanda Todd, en Youtube.

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