¿QUÉ PODEMOS HACER COMO PADRES/MADRES PARA DETECTAR EL CIBERBULLYING?

Uno de los mayores riesgos para nuestros menores del uso de las Nuevas Tecnologías de la Información, la Comunicación y el Ocio (NTICO) en la actualidad es el ciber-bullying. Se define ciber-bullying a cualquier acto de intimidación y acoso entre iguales que se realiza de forma intencional y en la que el perpetrador o perpetradores utilizan medios electrónicos, como internet o teléfono móvil. Este tipo de violencia psicológica a través de las nuevas tecnologías tiene su mayor prevalencia entre adolescentes de 12 a 17 años y consecuencias asociadas que dependerán de la gravedad del episodio, la vulnerabilidad del menor y el mantenimiento en el tiempo de la situación y que entre otras incluyen: miedo, depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima, autolesiones, sentimientos de ira y frustración, indefensión, irritabilidad, trastornos del sueño, dificultades de concentración e ideación suicida en los casos más graves.

En Vida Libre-Tecnoeduca, conscientes de esta problemática y sus consecuencias y de la estrecha relación entre el ciber-bullying y otras conductas de riesgo a través de las NTICO incluyendo el uso abusivo de las nuevas tecnologías o el juego de apuestas online, decidimos ampliar nuestros programas de prevención sobre NTICO incluyendo el ciber-bullying entre nuestras líneas de trabajo.

Una de las características del ciber-bullying más preocupantes para los padres y madres es que puede ocurrir, a pesar de sus esfuerzos por prevenirlo, de forma invisible. Por ello en este y futuros post intentaremos aportar una serie de pautas para su detección precoz.

Indicadores de detección de cyberbullying.

  • Como padres y madres debemos estar atentos a cualquier cambio que se produzca en nuestros menores. Ofrecemos a continuación alguno de estos posibles cambios:
  • El menor se muestra ansioso, triste o muestra cambios de humor
  • Da señales de sentirse desmotivado por asistir al Instituto
  • Ha cambiado cualquiera de sus hábitos. Por ejemplo, el tiempo u hora habitual de conexión a internet, sus amistades o hábitos alimenticios)
  • Cuando se conecta a internet o Smartphone muestra ansiedad e irritabilidad
  • Se produce una disminución en su rendimiento académico o ha disminuido su capacidad de atención y concentración
  • Observamos algún cambio en su postura o lenguaje corporal (largos silencios, encogimiento de hombros ante preguntas directas, cabeza gacha, hombros caídos, rehuir la mirada, etc.)
  • Se muestra ansioso ante noticias o comentarios sobre acoso o ciber-acoso entre los padres/madres o la TV o rehúye hablar de estos temas.
  • Observamos algún cambio en su acercamiento a otros menores, adultos, compañeros de clase, etc.
  • Notamos alguna somatización (dolor de estomago, dolor de cabeza, fiebre, etc)
  • Ha tenido episodios anteriores de bullying en el centro escolar.

Ante situaciones como estas deberemos actuar con cautela y realizar una especie de diagnóstico clínico. Uno o dos de estos indicadores por separado no presentan alguna gravedad, pero como padres y madres deberemos detectar si ocurren varios o todos ellos. Si fuera así, y bajo un clima de confianza, anime a sus hijos/as a contar qué le ocurre a través de preguntas abiertas, evitando juicios, haciéndole sentir seguro/a, asegurándole que no es culpable de esa situación. Comuníquelo también, valorando pros y contras, a la dirección de su centro educativo.

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