"Un día tuve que llamar a mis hijos varias veces para cenar. Estaban los dos con el móvil y no me hacían caso así que les quité el móvil y lo tiré por la ventana. Al principio protestaron mucho, te puedes imaginar, pero ahora cada vez que les llamo para cenar sueltan el móvil echando chispas, porque ya les he dicho que lo volvería a hacer". Esta anécdota que cuenta una madre taxista refleja seguramente las sensaciones de muchos padres con hijos adolescentes 'enganchados' a la pantalla.
Pero, ¿existe realmente la adicción a las nuevas tecnologías? ¿Dónde está el límite de un uso abusivo y una patología? ¿A qué edad deberían tener móvil nuestros hijos? ¿Hay que ponerles un límite de horas? ¿Le regalamos la tablet que piden para la Primera Comunión? ¿A partir de cuándo deberíamos buscar ayuda profesional? Dudas de padres para las que la ciencia trata de dar respuestas, casi siempre a un ritmo más lento que el de la realidad.